jueves, 25 de febrero de 2016

LAS HERENCIAS.- Segunda Parte



Las Herencias y El Tajo.
Alfonso Yuncar.

Ribereña, Las Herencias
moja los pies en el Tajo
solo el jaleo de los pájaros
en los chopos su paz quiebra.

La plaza se abre tranquila
enjalbegada de soles
huele a légamo y a monte
a pan y a ropa tendida.

Refrenado el río se aquieta
mira y copia los colores
que alumbran las estaciones
en fugaces acuarelas.

Nostálgico evoca o lamenta
su enrevesada aventura
sierras, cañones, llanuras
y hemorrágicas afrentas.

Confidencias de tierra y río
contra el hurto se revelan
quién reparará esta ofensa
en el reino del desatino.

El Tajo le dice adiós
la aldea el pañuelo agita
es la eterna despedida
de un apasionado amor.







































































Esperamos que disfrutéis de esta bellísima nana Sefardí en la voz de Ana Alcaide.

   


domingo, 14 de febrero de 2016

LAS HERENCIAS- Primera Parte




LAS HERENCIAS

Miguel Méndez-Cabeza  (http://lamejortierradecastilla.com/)


PATRIMONIO
HISTÓRICO-ARTÍSTICO
Y ETNOGRÁFICO

En los arroyos que descienden de las cárcavas formadas sobre las terrazas del Tajo han sido hallados huesos de animales prehistóricos y cantos tallados. En el arroyo Manzanas se encontró en el año 1860, una tumba de unos dos mil seiscientos años de antigüedad en cuyo interior se hallaban varios objetos de gran interés por cuanto demostraban por sus influencias estéticas orientalizantes que nuestra comarca fue frontera norte del mundo tartésico. En el enterramiento en cuestión se encontró una vasija metálica de gran interés, un jarro piriforme con asa de triple sección que termina en tres cabezas de serpiente y en su arranque se decora con una palmeta rematada por dos capullos. Esta pieza se expone en el Museo Metropolitano de Nueva York desde 1956. También se halló en la sepultura un timiaterio y restos de un braserillo que servían para la realización de una serie de rituales con libaciones e incineración de sustancias olorosas que acompañaban a los enterramientos de rango aristocrático en aquella época.

Las elevaciones que limitan hacia el sur de la vega han estado pobladas desde antiguo debido a la proximidad del río, a la feracidad del terreno y a su fácil defensa por lo escarpado del terreno. Justo al oeste del arroyo Manzanas se sitúan sobre estos cerros restos de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro.
A esta última época pertenece uno de estos yacimientos donde vivieron gentes relacionadas con el mundo de los vetones. Enfrente de la isla de El Alariche se encuentra la antigua granja de Pimpajuela. Es una explotación agrícola que aparece en los textos históricos desde la Edad Media y cuyo nombre, según Jiménez de Gregorio, derivaría de algún personaje romano llamado Pompeyo. No sería extraño que en tierras tan feraces hubiera tenido su solar alguna villa romana y en el mismo sentido apuntarían los restos arqueológicos de la época hallados en el entorno. Fue propiedad de los monjes jerónimos de Talavera. Hoy día se mantienen muchas de las dependencias del complejo agrícola que explotaron los frailes: la capilla, corrales, almacenes, lagares, norias, y cuevas utilizadas como bodegas recuerdan los tiempos de esplendor de esta gran explotación agropecuaria de las vegas taganas. Además e todo este patrimonio arqueológico debemos señalar la referencia a dos verracos hallados en la labranza de El Gamito, uno de ellos localizado hoy día en Alcaudete de La Jara.

Según las Relaciones de Felipe II, Las Herencias se llamaría así porque “ este lugar estaba fundado como a quinientos pasos más hacia la parte donde el sol se pone, y por ser algo enfermo le edificaron donde al presente está y que se llamaba antes de ahora Peña, y porque este lugar es de heredades particulares se llama Las Herencias…”.

El caserío conserva bastantes elementos de su arquitectura popular en la que los materiales mayoritariamente empleados son el tapial, el adobe y el ladrillo, utilizado éste en los muros con el típico aparejo mudéjar, alternando en machones y verdugadas con paños de tapial. Se conservan grandes portadas con puertas carreteras y algunos de los edificios han sido restaurados siguiendo parámetros tradicionales. La iglesia sufrió los embates de la Guerra Civil en su antigua imaginería de la que apenas queda nada, aunque conserva una encantadora espadaña.
Hay junto a la plaza un edificio con la fachada decorada con buena cerámica  talaverana y otra casa más modesta que luce una curiosa placa también de cerámica que celebra la terminación de la construcción en los tiempos del cólera del siglo XIX.

El embalse de Azután y Los Castillos.

Vale la pena visitar este paraje natural, acondicionado por el ayuntamiento con un área de recreo y subir hasta la cumbre de los cortados sobre el Tajo para disfrutar del paisaje, y divisar con el río a los pies, las tablillas que ha generado el embalse con su riqueza en avifauna. Este cerro de Los Castillos es también un importante yacimiento arqueológico habitado en la Edad del Cobre, en la Edad Media y durante la Guerra Civil, cuando se cavaron las trincheras que todavía se perciben. En 1801 se produjo un derrumbe de las tierras que forman estas elevadas terrazas sobre el Tajo causando un gran estruendo e interrumpiendo la corriente del río durante unos minutos.

   





































































Ningún documento más oportuno para este reportaje que el que nos ofrece este video, quizá el más antiguo sobre nuestro folklore. 
Aquí os dejamos estas seguidillas y rondeñas cantadas y bailadas por nuestros paisanos de Las Herencias allá por 1961.
Enhorabuena y gracias a todos los que hicieron posible esta joya.